martes, 10 de enero de 2023

Salud mental: una crisis que no da espera

Salud mental: una crisis que no da espera
Imagen tomada de: bbmundo.com

Periodista - redactor: Yucef Alejandro Patiño Ruge @alejochat

La mala salud mental es un problema creciente para los niños, adolescentes y adultos jóvenes a nivel mundial

La adolescencia es un momento para que los jóvenes tengan un comienzo saludable en la vida. El número de adolescentes que reportan problemas de salud mental está aumentando significativamente, en especial en la pospandemia. Construir lazos fuertes y conectarse con los niños y jóvenes puede proteger su salud mental. Las escuelas y los padres pueden crear estas relaciones protectoras con los estudiantes y ayudarlos a convertirse en adultos saludables mental y psicológicamente.

La salud mental es un problema creciente

De acuerdo con el Informe de tendencias y resumen de datos de vigilancia de comportamiento de riesgo juvenil de los CDC: 2009-2019 destaca las tendencias sobre la salud mental de los estudiantes de secundaria de EE. UU.

Más de 1 de cada 3 estudiantes de secundaria había experimentado sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza en 2019, un aumento del 40 % desde 2009.
En 2019, aproximadamente 1 de cada 6 jóvenes informó haber hecho un plan de suicidio en el último año, un aumento del 44 % desde 2009 .

Algunos grupos se ven más afectados que otros.

Adicionalmente, estudios alternos sobre salud mental, encontraron que estos sentimientos eran más comunes entre estudiantes lesbianas, gays o bisexuales y estudiantes mujeres.

Casi la mitad de los estudiantes lesbianas, gays o bisexuales y casi un tercio de los estudiantes que no estaban seguros de su identidad sexual informaron que habían considerado seriamente el suicidio, mucho más que los estudiantes heterosexuales.
La cantidad de estudiantes negros que informaron haber intentado suicidarse en 2019 aumentó casi un 50%.

¿Por qué es esto un gran problema?

La mala salud mental en la adolescencia es más que sentirse triste. Puede afectar muchas áreas de la vida de un adolescente. Los jóvenes con mala salud mental pueden tener problemas con la escuela y las calificaciones, la toma de decisiones, la manera de relacionarse con las personas de su entorno y su salud en general.

Los problemas de salud mental en los jóvenes a menudo van de la mano con otros riesgos para la salud y el comportamiento, como un mayor riesgo de consumo de drogas, experimentar violencia y comportamientos sexuales de mayor riesgo que pueden conducir al VIH, enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Debido a que muchos comportamientos y hábitos de salud se establecen en la adolescencia y se mantendrán en la edad adulta, es muy importante ayudar a los jóvenes a desarrollar una buena salud mental.

La buena noticia es que los adolescentes son resistentes y se ha evidenciado que gran parte de la ayuda para tener una salud mental estable radica en: sentirse conectados con la escuela, la familia y el entorno social con el que se relacionen.

Afortunadamente, las mismas estrategias de prevención que promueven la salud mental, como ayudar a los estudiantes a sentirse conectados con la escuela o la familia, ayudan a prevenir una variedad de experiencias negativas, como el consumo de drogas y la violencia.

Construir lazos y relaciones fuertes con adultos y amigos en la escuela, en el hogar y en la comunidad brinda a los jóvenes un sentido de conexión, de pertenencia y de apoyo.
Este sentimiento de conexión es importante y puede proteger a los adolescentes de problemas de salud mental y otros riesgos como el consumo de drogas y la violencia.
Los jóvenes necesitan saber que alguien que se preocupa por ellos y que además no van a ser juzgados.

Hay un papel para todos en el apoyo a la salud mental de los adolescentes

Como hemos aprendido a nivel globaldurante la pandemia de COVID-19, las escuelas son fundamentales en las comunidades para apoyar a los niños y las familias. Si bien la expectativa es que las escuelas brinden educación, también brindan oportunidades para que los jóvenes participen en actividades físicas y servicios académicos, sociales, de salud mental y de salud física, todo lo cual puede aliviar el estrés y ayudar a proteger contra resultados negativos; al igual que generar un enfoque y aprovechamiento de sus habilidades.

Sin embargo, la pandemia interrumpió muchos servicios escolares, aumentando la carga de los padres, aumentando el estrés de las familias y afectando potencialmente los resultados de salud a largo plazo tanto para los padres como para los niños, especialmente entre las familias que ya están en riesgo de resultados negativos para la salud a causa de los problemas sociales y factores medioambientales.


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